sábado, 31 de enero de 2015

Leviatán: Un mundo dominado por la maldad

En 1651 un filósofo inglés llamado Thomas Hobbes publicó su obra más importante llamada "Leviatán" en la que exponía sus pensar respecto a la conducta humana y como esta influye en la sociedad. En dicha obra, Hobbes nos explica que el hombre en su estado natural es egoísta, siendo un animal en guerra por su supervivencia, es decir, una "guerra de todos contra todos" donde "el hombre es un lobo para hombre".  Esto es precisamente lo que en cierta forma muestra Andréi Zviáguintsev, el director de esta desgarradora película rusa llamada "Leviatán".

Con este filme, sentimos que Andréi intenta abarcar lo más que puede todos los aspectos de la sociedad con una única historia, la cual se siente como si fueran varias historias, debido a que cada aspecto tiene su propia autonomía y autenticidad. Cuando hablo de aspectos me refiero al individuo, la familia, los amigos, el servicio público, la justicia, el gobierno y la religión. 

Primero tenemos a Kolya (Aleksei Serebryakov), un hombre que vive en el norte de Rusia al cual le quieren arrebatar sus tierras. Estas tierras son importantes para él, no solo porque fueron heredadas de sus padres, sino que también ha sido su vivienda desde siempre. La primera hora sentimos que el filme es un drama político cuando vemos la intensa lucha fallida de Kolya y su abogado Dmitri(Vladimir Vdovichenkov) por ejercer justicia, dándonos a entender que el sistema imperante no es efectivo para todos. Luego el matiz de la historia cambia un poco hacia el drama familiar dentro de la disfuncional familia de Kolya, donde tenemos a un chico rebelde y a una mujer infiel. Durante el filme se van dando pinceladas sobre el tema religioso-político y las creencias, para así concluir el filme dándonos algunas de las escenas más tristes, desoladoras y deprimentes del cine. Contiene chistes de humor negro como por ejemplo cuando utilizan las fotografías de líderes rusos como objetivo de puntería.


Uno de los aspectos más interesantes del filme es el contraste de su bella fotografía con la historia. Su director te muestra una gran belleza visual mientras que al mismo tiempo nos va contando una historia tan obscura donde vemos la triste realidad del hombre. Un mundo en el cual el que tiene el poder es el que sobrevive. Un mundo en el cual impera la mentira, el engaño, la extorsión, la injusticia, el sufrimiento, la violencia, la corrupción, la estupidez mezclada con vodka, la falsa amistad, la impunidad y el abuso de poder; así como espectadores nos lleva a hacernos la madre de todas las preguntas ¿Dónde está Dios? ¿Donde está ese Dios misericordioso que está a favor de los más débiles y necesitados?¿Acaso Dios no lo ve todo y es omnipotente y omnipresente?  y sobre todo ¿Existe realmente Dios? O resignarnos a que la religión es simplemente un medio de influencia y poder. 



El trabajo actoral es impecable. Su director llevó a los actores a tal naturalidad en esta historia, que da la impresión que es una especie de documental. Todos y cada uno de los intérpretes merecen mención especial. Tan natural y orgánico es el tratamiento en este filme que al final se convierte en una de sus mayores debilidades. El ritmo lento que tiene este largometraje no es apto para todos, ademas de que el filme es trágico y desolador. Pero aunque por momentos sentimos que el proyecto es bastante pretencioso, hay que reconocer la valentía de Andréi por realizar un filme tan verídico y tan crudo, dándonos una crítica fuerte a los seres humanos y la sociedad.



"Dios lo ve todo"

Ficha Técnica
Dirección: Andréi Zviáguintsev.
Guión: Andréi Zviáguintsev, Oleg Negin.
Producción: Alexander Rodnyansky.
Fotografía: Mikhail Krichman.
Reparto: Aleksei Serebryakov,  Elena Lyadova, Vladimir Vdovichenkov, Roman Madyanov.
Duración: 141 minutos

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